por Jim Ryan
La honestidad es una cualidad muy apreciada y deseada, y en muchos casos, escasa. Tal es el signo de los tiempos que hoy la honestidad no se considera la norma, sino un atributo único. Un individuo honesto se considera una rareza excepcional.
Probablemente sea cierto decir que cada uno de nosotros, en distintos grados, es deshonesto y transgresor de las leyes sociales y espirituales. Los justos entre nosotros pueden molestarse con esta afirmación. Sin embargo, parece haber un malestar, tanto social como ético, de deshonestidad que impregna a la mayoría, sino a todos, nuestros semejantes.
Hay muchos a quienes les resulta difícil, a veces imposible, exhibir veracidad, desde las pequeñas exageraciones casi diarias hasta las mentiras rotundas, la actitud descuidada ante las responsabilidades y el maltrato generalizado de nuestro planeta. Existe un incumplimiento casi universal de las reglas y leyes de la sociedad. La honestidad no se trata solo de lo que hacemos y decimos; Se origina en una actitud interior de respeto espiritual hacia uno mismo, donde se origina nuestra verdad personal interior. Nuestra verdad personal se convierte entonces en la guía para nuestro viaje de vida. Nuestra verdad personal alineada con la espiritualidad se refleja en nuestras palabras y acciones. La alineación espiritual con la verdad tiene un impacto enorme en cómo nos conectamos con nuestro mundo. Ésta nos ayuda y apoya de muchas maneras:
- Permitiéndonos vivir y expresar lo que sentimos y creemos.
- Liberándonos de conductas falsas y artificiales.
- Dándonos el coraje para expresar nuestras opiniones sin miedo a la alienación.
- Protegiéndonos contra la intolerancia y climas o atmósferas negativas.
- Dándonos fuerza para hablar en contra de lo que creemos que está mal.
- Guiándonos hacia una actitud justa y coherente.
- Fomentando la humildad para admitir nuestros errores y reconocer las cualidades de los demás.
- Guiándonos para ser iguales al recibir elogios y amables al ser corregidos.
Aquellos que emplean estas habilidades en la vida son reconocidos y confiables. Son aquellos que actúan con integridad y a quienes los demás aprecian y valoran. Quienes demuestran estas habilidades pueden mejorar la calidad de las relaciones y, a menudo, liberar a los demás de las trampas que surgen del malestar y fortalecer su determinación de actuar de acuerdo a sus principios morales.
Estas habilidades se adquieren y se hacen posibles gracias a la fortaleza que se experimenta al tener una práctica regular de meditación. La práctica diaria de la meditación, de acceder al silencio interior y conectarse con la Fuente Suprema de la verdad, nos da el coraje y la determinación de ser y expresar nuestra propia verdad.
Jim Ryan , tiene formación en educación. Es autor y profesor de Rajyoga Brahma Kumaris, con sede en el Global Retreat Centre, Oxford, Reino Unido.
THE DAILY GUARDIAN 10 DE AGOSTO 2024 Nueva Delhi