¿Porqué seguir una dieta vegetariana?

vegetariana

En el proceso de respetar y cuidar nuestros cuerpos, la dieta debe ocupar un lugar destacado. Una dieta vegetariana es especialmente beneficiosa a fin de incrementar la claridad, la concentración y el planteamiento sutil que exige la evolución espiritual.

Muchos de nosotros, criados en el mito de las proteínas, tememos debilitarnos si no comemos un poco de pescado, de carne o de pollo. Pero este mito lo podemos empezar a desacreditar si imaginamos a un elefante comiendo hojas y ramas. De hecho, algunos de los animales más fuertes del mundo (incluso famosos atletas) son vegetarianos estrictos. Cuando una persona descubre que en su interior se está despertando su naturaleza espiritual, empieza a experimentar muchos cambios. Uno de ellos es el desarrollo de una sensibilidad mediante la cual su relación entre el cuerpo y el alma toma un nuevo significado e importancia. La visión interior del alma le revela aspectos que antes no conocía ni sentía. Sus energías sutiles se hacen muy tangibles y la persona se da cuenta con mucha claridad si lo que ha ingerido su cuerpo es realmente saludable.

El desarrollo de esta sensibilidad normalmente forma parte de una práctica espiritual. Cuanto más desarrolle una persona su capacidad de introspección, cuanto más profundice en las leyes espirituales y medite, más sensible se volverá hacia estos aspectos. La percepción de sustancias no vegetarianas cambia, instintivamente prefiere verduras, cereales y frutas. El cuerpo de cada persona tiene una sensibilidad propia que cuando la desarrolla de la forma adecuada sabe lo que le sienta bien y lo que no.

"La dieta vegetariana es simple, sana, económica y sencilla"

> Eres lo que comes

influenciaMucha gente es vegetariana por motivos de salud personal. Un cuerpo sano es el que se conserva limpio interiormente. La limpieza del sistema digestivo depende del paso relativamente rápido del alimento por él, asegurando que las materias desechables no permanezcan en el cuerpo pon un tiempo indebido.

¿Estamos hechos para comer carne? A pesar de que una gran parte de la población come carne habitualmente, a nuestro organismo (dientes, mandíbulas, sistema digestivo) no le favorece este tipo de alimentación. Las personas tienen un intestino muy largo (6 m) que permite la descomposición natural de alimentos vegetarianos, ya que pueden permanecer en el intestino por un largo tiempo. Sin embargo, los animales carnívoros tienen un intestino corto, permitiendo que la carne, que se descompone muy rápido después de ingerirla, sea expulsada rápidamente para que no aumenten los productos desechables y dañinos. Si el cuerpo humano continúa absorbiendo el alimento que debería haber eliminado, éste se vuelve tóxico, provocando dolores de cabeza, depresión, pesadez y hasta fiebre. Este tipo de alimento ocasiona digestiones pesadas y somnolencia, y produce desasosiego e intranquilidad ya que estimula demasiado el aparato digestivo y excita el sistema nervioso. Además la naturaleza alcalina de la saliva humana (al contrario de la ácida), es más adecuada para digerir los vegetales.

Por otro lado, las cebollas y los ajos generalmente se recomiendan para purificar la sangre y en este sentido son esenciales para los consumidores de carne. Pero cuando no se consume carne estos vegetales tienen un efecto muy fuerte en el organismo humano y se hacen tóxicos. Ocasionan un sentimiento de ansiedad, aumentan la respuesta psicológica de la tensión, y a su vez aumentan el fluir de la adrenalina. Si la mente y las emociones se vuelven apasionadas debido a la excitación, la ansiedad, etc., terminaran con nuestra capacidad de permanecer pacíficos.

La dieta lactovegetariana es especialmente equilibrada en este sentido, regula el colesterol y limpia el sistema digestivo rápidamente. Las personas que ingieren esta dieta se sienten más limpias, frescas, ligeras y mantienen un aspecto joven. Nunca tienen la sensación de pesadez ni estreñimiento.

La mayoría de nosotros está familiarizado con el concepto: "eres lo que comes". Se refiere no sólo al estado físico sino también a la salud mental. La comida que ingerimos influye en nuestro estado mental mucho más de lo que nos imaginamos. Así como tomar alcohol o drogas intoxicantes afecta a la mente perdiéndose la facultad de discernir, lo que comemos también afecta a la mente, ya sea superficial o profundamente.

La dieta vegetariana tiende a mantenernos más cerca de nuestra espiritualidad, nos proporciona más equilibrio interno y en las emociones, más tranquilidad en la conciencia y más claridad en la mente. Se dice que: "Según come la persona, así piensa. Según piensa, así es como actúa".

> El ser humano por naturaleza es no violento

noviolenciaLa esencia del alma humana es la paz, la tranquilidad y la calma.

El simple hecho de comer para mantener nuestra propia vida no justifica el privar a otros seres vivos de la suya. En otras palabras, ¿cuántas personas seguirían comiendo carne si tuvieran que matar y destripar a la vaca, o al cerdo o al pollo?

La dieta no es una cuestión de religión, es cuestión de ética y de salud. Cualquier persona con cierta dignidad espiritual se sentirá con la responsabilidad de ser no-violenta y proteger a los animales. La energía espiritual se acumula practicando la no-violencia.

Alguien puede pensar: "como yo no mato a los animales, simplemente me los como, yo no cometo ninguna violencia", pero sabemos que pagar a alguien para que mate es más criminal que matar uno mismo.

Cuando se mutila o mata a un animal, en los últimos minutos antes de morir, el miedo, la ansiedad que siente ocasiona una reacción provocando que ciertas glándulas segreguen adrenalina que se acumula en sus músculos. Esto es la reacción para sobrevivir. Todas las glándulas reaccionan en ese último momento debido a que la supervivencia se siente amenazada y el animal, toma conciencia de ello. A muchos de esos animales incluso se les alimenta con hormonas artificiales, se les mantiene en lugares muy apretados, no permitiendo que se muevan para que engorden más rápido y no pierdan peso. Todas esas hormonas también quedan en los músculos del animal. La muerte cruel crea esas sensaciones que tiene el animal: La sensación de agonía, de traición, de odio… Si yo como individuo colaboro en esto, y además me como su carne, de una u otra forma soy totalmente responsable de ello.

En este mundo existe tanta ansiedad, tensión, irritabilidad, injusticia y en gran medida puede atribuirse a la dieta, porque en la alimentación se injieren todas estas vibraciones de violencia y negatividad. En realidad, se trata de no comer comida que se obtenga por medio de violencia o del acto de matar. Cualquier persona que no quiera añadir a su vida tensión ni ansiedad, que tenga una mentalidad espiritual debería ser vegetariana.

Ser vegetariano significa no comer nada de carne ni pescado. Si alguien dice: "yo sólo como un poquito de carne una vez a la semana"...eso no es vegetarianismo. No se puede decir, yo cometo violencia sólo una vez al mes o a la semana y pretender ser no-violento.

> En la variedad está el gusto

completaEs una idea común y equivocada el pensar que necesitamos proteína animal para tener energía y fortaleza. Todo tejido viviente, ya sea del reino vegetal o animal, contiene proteínas. Las proteínas son formas de aminoácidos, bloques de construcción con los que el cuerpo puede crear nuevos tejidos. Hay ocho aminoácidos que son esenciales para el cuerpo humano. Más de la mitad del cuerpo, sin incluir el agua, es proteína. Es básica para el crecimiento y es el marco de muchas estructuras del cuerpo. Los aminoácidos que forman las proteínas necesarias para el ser humano, en particular los que se consideran esenciales, se pueden encontrar en su totalidad en los vegetales en cantidad y variedad suficiente para abastecer el organismo. Incluso hay ciertos productos tales como la soja, las almendras, el arroz integral, el trigo, las lentejas, y otros, que tienen una cantidad de proteína muy similar, y en algunos casos, superior a la que contiene la carne.

En cuanto a la carne, encontramos que tiene una mayor cantidad y variedad de aminoácidos por unidad de espacio. Con muy poca cantidad de carne se aporta fácilmente al organismo una cantidad excesiva de proteínas. Debido a esto, también hay una mayor producción de ácido úrico, que ocasiona diferentes enfermedades en las articulaciones, tales como la artritis. Generalmente a través de la carne se ingiere el doble de proteínas de las que necesita el cuerpo.

Al adoptar una dieta vegetariana hemos de tener en cuenta que debe ser variada para que contenga todos los aminoácidos que necesita nuestro organismo. Hay básicamente tres grupos de alimentos que incluye la dieta vegetariana y que nos proporcionan estos aminoácidos esenciales:

  1. Cereales (junto a los frutos secos y semillas)
  2. Legumbres. (lentejas, garbanzos, judías…)
  3. Productos lácteos

Las pocas deficiencias proteicas del grupo 1 se combinan fácilmente con los aminoácidos del grupo 2 y viceversa, obteniendo así una proteína de gran utilidad y valor nutritivo para el ser humano. Algunas proteínas vegetales son tan completas por sí solas, tales como la proteína de soja, que no es necesario combinarlas con otros alimentos, y además se digieren y asimilan mucho más fácilmente que la carne. Con respecto a la energía, se ha comprobado que son los carbohidratos (azúcares y almidón) y en general los vegetales, cereales, legumbres y frutas, lo que dan energía a los músculos y no la carne. Sin embargo, en cualquier dieta uno ha de asegurarse de ingerir suficientes calorías para mantener un peso ideal, en caso contrario, el cuerpo utiliza las proteínas como energía y le faltarán proteínas para crecer y renovar los tejidos del cuerpo.

Al igual que en otros aspectos el equilibrio es la clave para conseguir la precisión. En realidad la dieta vegetariana está lejos de ser una comida monótona y aburrida. Normalmente se come sólo cinco clases de carne, en tanto que hay veinticuatro clases diferentes de legumbres, doce clases diferentes de frutos secos, nueve clases diferentes de cereales y cuarenta o cincuenta clases de verduras, que normalmente forman parte de la dieta vegetariana. ¿Dónde está la mayor variedad? Por otra parte, en el mundo de las plantas hay una gran diversidad de sabor, textura y color en comparación a la carne. Las alternativas para preparar platos nutritivos con la variedad de estos alimentos son interminables. Se dice que “en la variedad está el gusto... todo lo que se requiere es tener una buena disposición”.

> Preservar el mundo

ecologiaNos damos cuenta de que, a pesar de tener suficientes medios, no los utilizamos de una forma sensata y sabia.
Según el informe del agua de la UNESCO (pg8) , producir 1 kg de carne de vacuno requiere unos 15.000 litros de agua, mientras que la producción de 1 kg de vegetales (fruta, leguminosas, verdura) sólo requiere unos 1.000 litros. Pero al parecer la diferencia no sólo estriba en el consumo de agua.
Dicen los ingenieros agrónomos que para generar el alimento necesario para criar una vaca se necesita una hectárea de terreno durante 2 años, y de ella se obtendrán unos 300 kg de carne; pero si esa hectárea se dedicara al cultivo de vegetales para consumo humano se podrían obtener 7000 kg. de trigo, o bien 12.000 kg. de maíz. Si se redujera el consumo de carne, esta misma hectárea con alimentación vegetariana podría alimentar a muchas de las personas que mueren de hambre en el mundo.
Por otro lado la producción de cada kg de carne supone una emisión de 3 ó 4 kg de C02 a la atmósfera. El consumo de carne multiplica por 10 casi todos los problemas medioambientales.
Este acto de colaboración global y solidaridad haría que el mundo se convirtiera en un lugar donde todos podríamos vivir mucho mejor.