Un enfoque diferente

Si me resulta difícil soltar mis autoimágenes negativas, puede deberse a que me he apegado a ellas y me es dificultoso tener un enfoque de la vida con actitudes diferentes. Equívocamente, tomo mi debilidad por mi fuerza porque confío en ella o porque se ha convertido en un hábito. Sin embargo, si tengo el valor de soltar la debilidad de mis actitudes, entonces la grieta que queda abierta en mi interior puede al fin llenarse de actitudes positivas.

La meditación facilita este proceso al enseñar cómo concentrarse y desarrollar capacidades, cualidades positivas y autoestima. Al practicarla, empiezo automáticamente a soltar mis pensamientos y emociones estériles y negativas.

Al desarrollar la capacidad para perdonarme a mí mismo, también debo empezar a perdonar a los demás por todas las heridas y el dolor que siento que me han infligido. Para ello, tengo que soltar la rabia y las expectativas acerca de que los demás «tendrían» que haber sido más cariñosos y atentos o haber sabido cómo respetar y satisfacer mis necesidades.

Al perdonar y soltar puede desarrollarse un sentimiento de aceptación por los demás, junto con el reconocimiento de que han hecho las cosas de la mejor manera que podían hacerlas. Claro está, el proceso de perdonar a otra persona no sucederá de la noche a la mañana. Los sentimientos de ofensa y rabia nunca deben suprimirse sino reconocerse, resolverse y en última instancia soltarlos cuando uno se encuentre preparado para hacerlo.

Extracto del libro:
Avanzar.
Senderos hacia el crecimiento personal
Ed. Brahma Kumaris
Margaret Pinkerton

 

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