Entre la intención y la acción

Sentarse y sentir paz es una cosa; realmente usarla para transformar tu vida es otra muy distinta. Hay mucho trecho entre la intención y la acción, y a veces puedes sorprenderte diciendo: “No quería hacerlo, pero...” o “Perdón, no quise decir eso”. Para tener el control total de tu vida, necesitas no solo conocer, sino también comprender el proceso a través del cual una intención se convierte en acción.

Cambios superficiales en tus acciones no generarán cambios profundos en tu vida. Necesitas comprobar la calidad de los pensamientos que generan tu experiencia y, también, familiarizarte con el proceso de producción de tus deseos y acciones, un conocimiento detallado de todo lo que sucede en tu mente. Cuanto más comprendas acerca de cómo funcionas, más fácil te resultará eliminar las acciones que no deseas.

Entre la intención y la acción se encuentra el pensamiento, que tiene lugar en la mente. Mediante la mente imaginas, piensas y das forma a las ideas. Este proceso de pensamiento es la base de las emociones, deseos y sensaciones. A través de esta facultad del alma, en un instante, puedes revivir una experiencia pasada, generar felicidad o tristeza, o transportarte al otro lado del mundo.

Pero, es a través del intelecto, la segunda facultad del alma, que comprendes y determinas el valor de lo que surge en la mente. La expresión “Piensa antes de...” pide que utilices el intelecto y consideres si vale la pena poner en la acción tus pensamientos.

Así que, toma el control de tu mente conociendo y comprendiendo, detén por unos instantes la actividad exterior y observa la actividad interior. Con esta práctica, llegará un momento en el que no habrá ninguna diferencia entre la intención y la acción.

Extracto del libro:
Meditación práctica.
Yoga espiritual para la mente
Ed. Kier
B.K. Jayanti

 

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