Las almas sabias conocen la antigua ley que dice que todo lo que va, viene; lo que se siembra, se cosecha. El alma iluminada sabe que la verdadera riqueza no se deposita en una cuenta bancaria, sino que ya está en nuestra cuenta o banco espiritual que llevamos dentro. El alma sabia sabe que la suprema y más preciada fuente de energía es espiritual.
Esta energía adopta muchas formas; el amor, la verdad, la paz y la felicidad son los colores primarios del alma, las formas primarias de la energía espiritual interior que todos somos. Una vez que descubrimos esto, las relaciones se ven en su verdadera luz, como oportunidades para moldear y compartir creativamente aquellas energías de la manera más adecuada. La aceptación, el cuidado, el aprecio y el perdón son todas formas de amor. La sabiduría y la revelación son formas de la verdad. La alegría, la satisfacción y la realización, formas de felicidad.
Así, las relaciones son una oportunidad para ser creativos, dado que todos somos artistas de la vida, de nuestra propia vida. Todos tenemos la oportunidad de invitar y ser invitados para crear nuestras vidas utilizando la más elevada, más profunda y mayor de las riquezas, esa que está oculta dentro del ser.
No escondas tus tesoros; solo se sostienen cuando son generados, irradiados y emitidos hacia el mundo. No esperes absolutamente nada a cambio y luego, observa cómo el universo se apresura a tenderte todo un campo a tus pies. Si uno es abundante, atrae la abundancia.
Comentarios. 1