La amnesia es el cuadro médico en que hay una total y repentina pérdida de la memoria. No sólo la persona no reconoce a aquellos que están involucrados en su vida, incluidos los miembros de su familia, sino que ni siquiera recuerda su propia identidad.
Eso es exactamente lo que nos ha ocurrido. Pero no somos conscientes de que nos hemos olvidado por completo de quiénes somos. Sólo cuando nos detenemos y nos preguntamos: “¿Quién soy” descubrimos cómo revoloteamos entre conceptos propios y definiciones que describen, de manera inadecuada, nuestra verdadera identidad.
Si podemos ver la verdad en la concepción de Shakespeare de que el mundo entero es un escenario, y todos los hombres y mujeres, meros actores y actrices con muchas partes que actuar, veríamos que representamos muchos papeles, pero que no somos esos papeles. El yo no es el rol, el yo es el alma.
La verdadera libertad llega con la iluminación, y la primera iluminación es comprender que tan sólo somos actores, y que el cuerpo físico que animamos es nuestro traje.
Mientras que las numerosas escenas de la vida y los numerosos papeles que representamos van y viene, nosotros permanecemos. Mientras que los pensamientos y sentimientos van y vienen, nosotros permanecemos.
Aquí, en mi centro, está el yo verdadero: El ser consciente, con consciencia de sí mismo, dentro de su traje físico llamado “forma humana”. Hasta nuestro cuerpo va y viene, pero nosotros permanecemos.
Extracto del libro:
A LA LUZ DE LA MEDITACIÓN
Una guía para meditar y alcanzar el desarrollo espiritual
Mike George
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