Cualquier cosa experimentada como bella es un regalo, una confirmación de que el torrente de amor que sentimos hacia el mundo nos es devuelto en un perfecto intercambio.
Mientras gozamos de un paisaje magnífico, un elegante retrato, o un estremecedor cuarteto de cuerda, el espíritu contempla en un espejo y ve reflejada su propia belleza en una forma sensorial. Nuestros sentidos son mensajeros que nos ofrecen una información actualizada de nuestras circunstancias.
Uno de nuestros derechos inalienables es el de disfrutar de la naturaleza, que rebosa con objetos en los cuales el espíritu puede detener su mirada. Al mismo tiempo, el mundo natural nos ofrece un silencioso escenario para la meditación, con una riqueza de símbolos que puede indicarnos el camino para alcanzar la percepción interior. Otro derecho inalienable es el de la imaginación, cuyo poder se aprecia en obras que nos ofrecen inspiradores vislumbres de las verdades eternas.
Y, sin embargo, todos somos artistas, cuya obra maestra es el yo consciente y los usos que damos al propio conocimiento del yo. Un acto de amor o perdón es un acto creativo que ilumina el mundo.
Extracto del libro:
APRENDER A DESCUBRIR LA PAZ INTERIOR
Guía ilustrada para alcanzar la iluminación personal
Ed. Oniro
Mike George
Comentarios. 1
Muchas gracias por vuestro trabajo
Sed felices
Cristóbal