En primer lugar, un ángel pondrá un pensamiento en tu mente: "Recuerda quién eres, tu valor y tu dignidad originales. Nunca olvides lo que eres en términos de eternidad; eres un alma amada por el universo, ¿recuerdas?"
Dios también nos dice todo esto, pero a veces no podemos escuchar o entenderle. El ángel simplemente repite lo que Dios nos está diciendo: "Recuerda quién eres". Los problemas comienzan cuando olvidamos quiénes somos; nos identificamos con roles e intentamos vivir a través de otras personas, saboteando cada parte de nuestras vidas. "¡Para! ¡Para!", dice el ángel.
En segundo lugar, un ángel plantará en tu mente el pensamiento de que Dios es amor; Él es puro y amable, sin ninguna forma de violencia. Él nunca te castigará. Tú te castigas a ti mismo una y otra vez volviéndote egoísta y estando ciego. Ahora es el momento de abrir los ojos.
En tercer lugar, un ángel dirá: "Ten misericordia de ti mismo". No pidas compasión o bendiciones, amor o respeto; ya los tienes. Confía plenamente o serás un mendigo. ¿Cómo te ha hecho Dios? No como un mendigo, sino como un maestro. ¡Entonces, despierta! ¡Despierta!
Un ángel generalmente nos habla a través de sus ojos en lugar de con palabras. Ya sea que quiera mostrarnos amor o pureza, una sensación de bienvenida o pertenencia, lo hace a través de sus ojos. Cuando la mirada de un ángel cae sobre ti, entonces sientes que perteneces a esta familia de la humanidad y ya no estás solo. Si miras atentamente a los ojos de un ángel, estos se vuelven como una ventana. El ángel desaparece y entonces solo ves a Dios. ¿Has experimentado esto?
Así como los ojos de un ángel son muy poderosos, también lo son las manos. Las manos de un ángel brindan consuelo, como el niño que toma la mano de su padre porque el suelo es irregular o cuando se ha lastimado.
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