Para empezar, evita pensar que no puedes llevarte bien con alguien por su personalidad.
La humildad y el auténtico deseo de querer aprender son muy eficaces a la hora de crear armonía (¡justamente todo lo contrario de creer que tú estás ahí para enseñarles!).
Cuanta más espiritualidad exista en tus relaciones, más fácil te resultará tener buenas y constantes interacciones.
Tener conciencia de tu propia identidad espiritual llena tu carácter de belleza y espiritualidad, sobre los que se levantan el buen humor, los buenos sentimientos hacia ti mismo y propician que a tu alrededor crezca un buen ambiente y buenas vibraciones.
El amor propio es esencial para las buenas relaciones.
Se desarrolla al cultivar una conciencia espiritual de ti mismo y elevar tu pensamiento a un estado en el que pueda sintonizar con Dios.
Ten mucho cuidado a la hora de sentirte afectado o influido por algo. Si te sientes afectado continuamente, significa que tienes alguna debilidad. Significa que continúas buscando apoyo en algo externo al ser.
La dignidad inherente de cada persona se basa en la propia soberanía, que es el auténtico fundamento para la armonía en las relaciones.
Extracto del libro:
Las alas del espíritu
Liberar la identidad espiritual
Ed. HCI
Dadi Janki
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