Para continuar avanzando hacia tu objetivo de lograr una paz mental constante, lo más importante es el equilibrio. Si un automóvil pesa demasiado de un lado, al conductor le resultará difícil controlarlo, maniobrarlo. Lo mismo pude sucederte si pones demasiada atención en sentarte a meditar, en volcarte a tu interior, y no pones la suficiente atención en relacionarte pacíficamente con los demás. Es posible que acabes retrayéndote, viviendo en tu propio mundo interno, en lugar de en el “mundo real” que está fuera. Las relaciones con los demás se te pueden hacer más difíciles.
Poner en práctica los resultados de la meditación tiene que ser, en conjunto, algo consciente. No sucederá de forma milagrosa, sin poner atención de nuestra parte. Es fácil darse cuenta de por qué esto es así si volvemos a considerar cómo el alma realiza acciones a través del ciclo formado por mente, intelecto y sanskares (hábitos). Aunque crees sanskares de paz durante la meditación, los viejos sanskares carentes de paz continuarán creando pensamientos negativos en tu mente, a veces muy poderosos. Solo por medio de una elección consciente en el interior del intelecto podrás discernir y cambiar tu comportamiento.
Lo importante comprender en este punto es que experimentarás progreso cuando realices un esfuerzo real para modificar tus acciones y hábitos negativos. Por muy buenas que sean tus experiencias durante la meditación, si tus acciones las contradicen constantemente, continuarás creando pensamientos negativos acerca de ti mismo. Tu mente se convertirá en un campo de batalla en lugar de en un remanso de paz.
Comentarios. 3