El cambio cualitativo es la capacidad de transformar situaciones o circunstancias “negativas” en algo beneficioso para uno mismo y para los demás.
Los “transformadores cualitativos” son personas que pueden convertir muros de resistencia en puentes de entendimiento y continuar atravesándolos; son personas que pueden convertir cualquier obstáculo en un camino hacia el éxito y pueden hacer que el inquietante dragón paralizador de la duda se convierta en radiante confianza en uno mismo, disipando la idea de “imposible” de la mente.
Estas personas trabajan con las tendencias ocultas de la vida que determinan la realidad exterior de la interacción humana, o sea con sus actitudes, pensamientos y sentimientos. Si estos están impregnados de resentimiento, ira o egoísmo, entonces, a pesar de la fachada de cortesía o colaboración, las relaciones estarán sujetas al perjuicio y deterioro. Por otro lado, cuando la tendencia es de confianza y sinceridad, entonces la calidad de la vida es intensa.
La fuente fundamental de calidad es la existencia de una corriente positiva. No se trata de palabras, acciones o roles, sino más bien de la base de todo esto que se manifiesta en los pensamientos y la actividad de la mente.
La meditación permite a la mente sintonizar con esa corriente de pensamientos, sentimientos y actitudes, que es la creadora invisible de nuestra realidad humana. El poder enriquecedor del silencio, conseguido a través de la meditación y la sabiduría espiritual, nos proporciona los medios para producir el cambio cualitativo. Este cambio intensifica la confianza en nosotros mismos y la capacidad para relacionarnos creativa y positivamente con la vida tal como es.
El silencio nos proporciona la energía necesaria para cambiar efectivamente y el conocimiento de uno mismo nos da la percepción y la comprensión para darnos cuenta de la oportunidad para cambiar que todo el mundo tiene y cada situación ofrece.
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