Cuando lo hacemos todo con virtudes – humildad, alegría, paz – entonces lo hacemos en bienestar, no bajo presión. La verdad crecerá en nosotros sólo hasta el punto en que haya humildad.
Cualquier aspecto de la espiritualidad que practiquemos durante un largo período de tiempo, finalmente se convertirá en parte de nuestra propia naturaleza. La prueba de caminar por la senda espiritual es que nuestra personalidad es modelada por la sabiduría.
Valora, aprecia y cuida tu estado del ser por encima de todas las cosas. Todo lo que hagas, todo lo que digas, todo lo que pienses es consecuencia directa
del estado del ser. La prioridad es crear y sustentar un estado del ser elevado y espiritual.
La felicidad se destruye debido a los pensamientos negativos y de desperdicio. Hemos permitido que la falsedad se asiente en lo profundo del ser debido al descuido y la pereza de dar excusas. Los hábitos negativos todavía actúan en nosotros debido a que no estamos viviendo en el nivel de conciencia más elevado: Dios y yo estamos conectados de forma positiva y llena de propósito, siempre lo hemos estado y siempre lo estaremos.
Permanece en contacto con el propósito más elevado de tu vida. Adoptamos un camino espiritual porque hemos aceptado la meta de la perfección. Es tiempo de reconocer nuestro derecho a la grandeza espiritual.
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