El espejo de las relaciones

Lo que vemos en los demás nos dice mucho de nosotros mismos. En nuestra consciencia, los demás actúan como un espejo, en el que vemos reflejadas diferentes cualidades o aspectos del ser.

Cuando vemos un defecto en alguien y sentimos desagrado y rechazo, sin duda esto indica que de alguna manera ese defecto existe en nuestro interior. Es nuestra inconsciencia lo que nos hace pensar que el defecto sólo existe “ahí fuera”, en esa otra persona. Si vemos en alguien ese mismo defecto e internamente nos sentimos neutrales o comprensivos o empáticos, entonces podemos entender que estamos en una consciencia correcta y espiritual.

Como seres espirituales, nos damos cuenta de la importancia esencial que tiene nuestra manera particular de percibir a los demás y al mundo en general. Hacernos conscientes del alma significa estar despiertos y atentos a todos estos procesos que tienen lugar en nuestra consciencia.

Para impulsar de forma activa nuestro proceso de transformación interior, es muy importante practicar de manera consciente el enfocar nuestra atención en las especialidades, virtudes y cualidades positivas de los demás. Esta atención consciente e intencional nos beneficia y fortalece, ya que todo lo que apreciamos y reconocemos en los demás, se potencia también en nuestro interior.

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