Pensar en lo que los demás están haciendo puede darte dolor de cabeza. En su lugar, piensa en lo que tienes que hacer. Hazlo, y verás cómo te sientes.
Nadie, en realidad, te produce intranquilidad. Tú eres tu amigo o tu propio enemigo.
Son tus limitaciones, debilidades, expectativas, hábitos negativos los que sustraen tu paz y te hacen sufrir.
Si alguien está haciendo algo erróneo, en lugar de arriesgar tu paz y dejar que la mente se queje, pregúntate: ¿Qué puedo hacer para beneficiar a esa persona?
Extracto del libro:
EL REGALO DE LA PAZ
Ed. Brahma kumaris
Enrique Simó
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