7 estrategias para liberarse del estrés
EL FACTOR ¡AJÁ!
Mike George
Editorial KIER
ISBN 950-17-2808-0
N.págs. 128
Formato: 198 x 138 mm
Los siete ¡Ajá! son siete momentos de profunda revelación para nuestras vidas, que todos podemos alcanzar y que nos abrirán a nuevas maneras de ver nuestros problemas y el potencial que tenemos para resolverlos.
Este libro nos despoja de las ilusiones que rodean a la enfermedad de la era moderna: el estrés. En siete revelaciones, nos recuerda la esencia de los distintos senderos de la sabiduría espiritual, describiendo de manera sucinta en qué aspectos debemos tomar conciencia para crear la auténtica felicidad y vivir con mayor satisfacción. La obra concluye con los siete momentos "eureka" y la práctica de cualquiera de ellos cambiará profundamente nuestra vida de la manera más positiva imaginable.
Extracto: Capítulo 3 “Acción y transformación”
Acepte todo
No se resista ante nada, porque eso sólo fortalece aquello a lo que se resiste y prolonga la lucha
¿Ha notado alguna vez cómo la resistencia conduce a la persistencia? Todo aquello que es resistido o rechazado, simplemente persiste y vuelve en igual medida. Parece una de esas leyes de hierro dentro de nuestro universo energético. Ya sea que se trate de uno contra uno, de comunidad contra comunidad, o nación contra nación, cuando uno empuja contra el otro o resiste la posición del otro, hay algo llamado conflicto continuo. Todos hallamos siempre una ocasión para rechazar o resistir a otra persona, a todos nos gusta entablar una pelea desde nuestro sillón contra cualquier cosa que nos disgusta, cuando las noticias de la tarde nos muestran qué sucede en el mundo.
Olvidamos que, cuando nos decidimos a resistirnos a algo o alguien -ya sea mental o físicamente- sólo conferimos más poder al objeto de nuestra resistencia, tanto en la realidad como en nuestra propia mente. La resistencia mental y, por lo tanto, emocional, entonces se convierte en un hábito.
Todo sucede porque tenemos la creencia subconsciente de que el mundo debe cantar nuestra canción. Cuando no lo hace, nuestro enojo se convierte en más resistencia; y al crear resistencia hacia alguien o algo, automáticamente creamos nuestros propio temor. De hecho, siempre es sólo miedo lo que yace detrás de nuestros comportamientos de resistencia. Todo proviene de esa creencia de que estamos en condiciones y deberíamos controlar lo que no podemos, de que el mundo debería bailar al compás de nuestra propia música.
Por otra parte, si desea disfrutar de la capacidad de influir en las personas y las situaciones, siempre empiece por la aceptación. Si quiere desarmar a alguien, empiece por la aceptación; si quiere alentar y conferirle poder a alguien para que cambie, empiece por la aceptación; si quiere resolver el conflicto en una relación dada, empiece por la aceptación; si quiere ser un líder, siempre empiece por la aceptación. Pero que no sea condicional. De lo contrario, sólo será resistencia disfrazada de aceptación; demostrará que usted todavía trata de controlar a los demás y que aún tiene miedo. La aceptación lo conecta con la energía de la persona o el flujo de la situación, y cuando usted se conecta y fluye, tendrá la máxima influencia. Pero si ofrece resistencia, se desconecta, se encuentra tratando de controlar y las barreras se levantan inmediatamente.
Y lo mismo ocurre en su interior. Usted ya es tranquilo, paciente y sabio en su corazón. La lucha por derrotar los hábitos del miedo y el enojo sólo sostiene y fortalece la barrera entre usted y su paz, entre usted y su sabiduría, entre usted y su poder para ser paciente. Si existe alguna lucha en su esfuerzo por cambiar, entonces será como si estuviera resistiendo aquello que quiere cambiar en su interior. Estos también serán hábitos que ha creado en el pasado. Recuerde que usted no es su hábito, aunque tiende a identificarse con él; a veces, se dice que son "mi naturaleza". Entonces, en el momento en que lucha y, por lo tanto, se resiste a un hábito, es como si estuviera oponiendo resistencia a usted mismo. En efecto, está batallando contra usted mismo, luego, esto torna al hábito que trata de modificar más fuerte aún, drena el poder y debilita su capacidad para establecer nuevos patrones de pensamiento y comportamiento positivos.