Sintonizar con la presencia del momento

La falta de confianza es un estado de miedo, de tensión, de pataleo y resistencia. Es un lugar de control. De no tener fe en una misma para manejar lo que venga. De no tener fe en nuestros actos ni en que las buenas acciones devuelven solo buenos resultados. De no tener fe en Dios ni en que yo estoy en la luz, y que por eso mi vida está iluminada y libre de sombras.

Haber bailado en las sombras ha constituido un modo de ser que se ha grabado profundamente en la psiquis. Requiere atención traer la luz de Dios y de mi divinidad a mi mundo y a un ritmo diario, momento a momento. Requiere compromiso, requiere estar presente.

Aliarse con las sombras significa que evitas sentir el miedo asociado a la falta de confianza. Esta evasión se comprueba a través de diversas adicciones, incluyendo la sobreactividad. La actividad imparable es una estupenda manera de no sentir el temor de la incertidumbre y la desconfianza.

Este temor -de hecho, cualquier temor- es una realidad construida, que toma un componente del pasado y lo proyecta al futuro, extrapolándolo para generar una condena. Y entonces cuando esa condena se vuelve insoportable debo negarla, reprimirla, evadirla y hacer lo que sea.

El desafío radica en mantenerse lo suficientemente quieta y presente para reconocer viejas pautas de proyección y de generación de temores internos a partir de pensamientos. El miedo es creer que yo no tengo poder para influir en una situación futura. Y eso es, simplemente, una falta de conocimiento, un olvido. Todos creamos nuestro propio destino, incluso si las influencias en nuestras vidas han sido difíciles.

Los pensamientos antiguos van tallándose en la mente subconsciente y consciente durante toda la vida, y deben ser contrarrestados de una manera poderosa y proactiva. Debo reconocerlos como algo que no es real. Son simple residuo, sobras. Si no escogemos pensamientos nuevos y poderosos y positivos sobrevivimos con la energía menguante de los pensamientos antiguos.

Detente. Usa el poder del intelecto para elegir darle un freno a esos pensamientos. ¡No pienses tanto! La mente es una enemiga o una amiga. Nuestras alas son la luz y la verdad. Silencio y amor. Libertad y eternidad. Abandonar el pensamiento asustado que está siempre proyectándose al futuro, sintonizar con la presencia del momento..., eso es liberación.

Mi felicidad, mi felicidad presente y futura, depende por completo de los pensamientos que hay en mi mente. Y puedo hacer algo al respecto, mi práctica diaria de sintonizar y regular mi propia identidad espiritual, mi eternidad.

Extracto del libro:
Las cuatro caras de la mujer.
Restaurando tu auténtico poder, recobrando tu belleza eterna
Ed. Vergara
Caroline Ward

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