A través de la Fuente

La vida oscila entre momentos de gran confort y paz y otros de desgracia emocional. A través de los deseos, intereses y planes, te conectas con una inmensa variedad de fuentes a las que intentas aferrarte por el lado de la paz y el confort para permanecer lejos de los tumultos.

Relaciones, aficiones, deportes, ocupaciones laborales y lugares favoritos figuran entre las posibles fuentes de una vida más tranquila. Todas las cosas e individuos están en movimiento constante. Ninguno de ellos permanece lo suficientemente estable como para proporcionar una paz constante. El mundo al que estás conectado gira y tú tienes que moverte con él.

En el universo, con todo, hay algo que se mantiene libre de todos los movimientos: una fuente estable e inagotable que permanece como el punto de referencia de todo lo que sucede en el teatro del mundo físico. Este punto de referencia también es la reserva de toda la energía necesaria para renovar el proceso del universo. Dicho punto de referencia se llama Alá, Jehová, Shiva, ..., o una palabra más común: Dios.

Gran parte de la historia se ha consumido en intentos de entender y definir esta Energía Suprema, un Sol Metafísico que nutre al ser. Esta Fuente existe en una dimensión más allá del plano físico. No se puede llegar a ella mediante una aeronave. Entretanto, en las alas de sus propios pensamientos, el ser puede trascender sus límites físicos y en una fracción de segundo colocarse delante de Él.

Cuando el ser se visualiza delante de este Sol, se llena con el alimento de adquisiciones espirituales y se purifica a través de la fuerza de esta Fuente.

Extracto del libro:
La paz comienza contigo.
Ejercicios de paz para enfrentar las crisis
Ed. Brahma Kumaris
Ken O’Donnell

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