Honestidad (2)

A veces hacemos demasiado esfuerzo para mejorar; otras veces no hacemos lo suficiente. Debemos hacer esfuerzos. Si queremos mejorar hay que intentarlo. Nuestras circunstancias, nuestras relaciones y nuestro destino son sólo el eco de nuestro propio carácter, de manera que somos sus últimos responsables. El único cambio indispensable que podemos hacer es en nuestro propio interior.

Es necesario comprometerse para mejorar. El poder del compromiso radica en que canaliza la energía de que disponemos a fin de obtener nuestras metas. Si somos sinceros con nosotros mismos, estamos comprometidos con nuestro crecimiento. 

No necesitamos ser perfectos, pero sí honestos. La honestidad nos permite ser realistas acerca de lo que podemos o no podemos hacer. Sólo tenemos que hacer todo lo posible de acuerdo con nuestro entendimiento y capacidad. Aun así, debemos estar atentos antes de dar el siguiente paso hacia arriba, sin apresurarnos a darlo si aún no estamos preparados, pero sin perder nunca de vista ese siguiente peldaño. Estar listo cuando es el momento de subir: eso es la sinceridad.

Realizar esfuerzos sinceros significa mantenernos disponibles para aprender cualquiera de las lecciones que trae la vida. Por mucho que hayamos leído o hecho, por mucho que sepamos o comprendamos, siempre hay espacio para aprender.  La honestidad requiere humildad.

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