Imparcialidad y Equilibrio

Ser imparcial es ser independiente y libre de influencias, ser dueño de mí y mantenerme fiel a mi ser superior y a mis cualidades originales de serenidad, amor y alegría. Las circunstancias cambiantes y la negatividad de los demás no me afectan.

El caos siempre vuelve al orden, el mal humor pasa. Con una actitud benévola y positiva me posiciono en armonía con lo que es verdadero y eterno, y de ese modo todos los problemas pueden resolverse.

La mejor señal de equilibrio en la vida es un sentimiento de bienestar, optimismo y una clara conciencia. La base para lograrlo es cuidar de la propia espiritualidad, conservar en todo momento un espíritu apacible, afable y reflexivo. De ese modo sabré intuitivamente cómo cumplir con otras
responsabilidades.

Sólo puedo dar a los demás lo mejor de mí mismo cuando estoy en plena forma.

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