Oscuridad y luz

Muchas normas fueron impuestas para intentar regular el comportamiento humano. Pero parece que, a pesar de ellas, la luz o fuerza espiritual de los seres humanos disminuyó.

Así como la oscuridad no es más que la ausencia de luz, la negatividad del alma se manifiesta en los diversos vicios a medida que su luz disminuye.

La luz siempre tiene una fuente, pero la oscuridad no. De igual modo, no hay fuente que irradie negatividad humana, ya que no forma parte de la verdadera naturaleza del ser, tan solo sugiere una falta de luz espiritual. A medida que ese poder se debilita, aparecen los síntomas de negatividad: ira, codicia, arrogancia, apego, lujuria, pereza...

Estos  registros o hábitos negativos son la materia prima de cualquier sufrimiento emocional. Lo que los genera está en la conciencia de que el alma o ser es el cuerpo. Lo que lo sustenta es la ilusión.

Sus frutos son el sentimiento de posesión, los celos, el odio, el miedo, la preocupación, la avaricia, la indolencia, la irritación, la impaciencia, el orgullo, la ambición...

Si miro superficialmente al jardín interno que soy, tal vez no parezca más que un monte lleno de malas hierbas. Aun así, aquí y allá, puedo encontrar flores de diferentes especies, talentos, habilidades y virtudes. Para hacerlas crecer y arrancar por completo las malas hierbas será necesario tener el profundo deseo de limpiar mi estado interno y, así, podré comenzar a transformarlo.

Extracto del libro:
Un viaje por la conciencia humana
LA ÚLTIMA FRONTERA
Ken O’Donnell

Comentarios. 3

ivan, 2016-05-12 09:32:08
Me gusta el tema.muy cierto.
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