Una relación con Dios

Cuando una relación está libre de egoísmo existe un sentimiento natural de estar contento, de estar verdaderamente vivo. Es así como funciona el amor auténtico.

El amor de Dios genera confianza, el corazón de la relación. La confianza proviene de saber que esta relación, esta amistad, tiene permanencia. Este es un compromiso, que requiere cuidado a fin de mantener su frescura, su espontaneidad y su valor.

La relación con Dios nunca implica dependencia. No está coloreada con el sentimiento de posesión, exigencias o expectativas. Nunca nos hace sentir incómodos si creemos no estar a la altura. Dios tiene fe en nuestro potencial.

Dios nos ama como somos; Él nos ama simplemente porque existimos. El único requisito es que seamos claros y honestos con Él. Dios no es alguien con quien regatear o a quien dar órdenes. Él escucha, comprende y ayuda sin pedir nada a cambio. Esto es lo que un verdadero amigo hace y Él es nuestro mejor y más fiel amigo.

Él nos libera, haciéndonos independientes.

Extracto del libro:
El punto Alfa.
Una mirada a Dios
Ed. Brahma Kumaris
Anthony Strano

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