Imprimir
Última actualización: 22 Noviembre 2015

por Christopher Drake

Beneficios o profecías? Chris Drake da una mirada a una nueva percepción de los valores morales y éticos en el mundo de los negocios

 

En los últimos dos años grandes escándalos han sacudido el mundo de los negocios. Esto ha afectado a prestigiosos nombres de la ciudad de Londres como el Barings Bank, que se derrumbó con una deuda de 1300 millones de dólares, y el Morgan Grenfell una entidad financiera de gran reputación.

Por otra parte, la sucursal de Nueva York del Daiwa acumuló pérdidas por 1.100 millones de dólares en la colocación de bonos del Tesoro, mientras que en el comercio de cobre no oficial, realizado por el personaje conocido como “Sr. Cinco por ciento " del Sumitomo de Japón ya le ha supuesto pérdidas estimadas en 2.600 millones de dólares. Destacados políticos de la India y Pakistán, incluso dos ex presidentes de Corea, han sido protagonistas en una galería interminable de ejemplos de codicia humana.

En un caso de fraude generalizado en el gigante de la siderúrgica e ingeniería alemana Thyssen, uno de los principales fiscales de la lucha contra la corrupción, dijo "Estamos siendo testigos de una pérdida de valores en Alemania”. “La moral y los principios éticos en los Consejos de Administración alemanes se han dejado para los perros…... lo único que parece importarles a los directivos son los beneficios y están sumidos en un materialismo egoísta”. La falta de rigor en los controles, la relajación de las normas y la denominada delincuencia de cuello blanco han alcanzado proporciones epidémicas con denuncias de acusaciones desde Australia a Alaska y que han empañado nombres hasta ahora considerados como representantes del ejemplo ético de las salas de juntas de accionistas.

Parece que en algunos países la intolerancia pública debido a la injusticia económica, a la explotación y a la deshonestidad está a punto de estallar, a medida que más personas están preguntando y exigiendo mayor claridad en las cuentas públicas. En lugar de escuchar a las empresas diciendo "tengan confianza en nosotros", las personas les están pidiendo que les muestren las cuentas como pruebas de la honestidad e integridad que dicen tener al mundo. Del mismo modo, los líderes empresariales están empezando a pensar acerca de la obligación moral y ética que tienen frente a su personal, sus familias, inversores y el público en general, así como de su responsabilidad al involucrarse en el manejo y administración de negocios de éxito. ¿Pueden ayudar los principios morales y éticos a separar el grano de la paja y a distinguir el bien del mal en asuntos de dinero? Y si es así, ¿cómo sabemos que no es otra vacilación o balbuceo psicológico o si tiene que ver con la superstición o el disparate, cuando leemos “En Dios Confiamos” detrás de un billete de un dólar americano?" Cuando Cristo arrojó el dinero de los prestamistas del templo, ¿significó acaso la caída de la sagrada moneda (“shekeldom”), y la excomunión eterna del lucro de la casa de Dios? En la Tierra del siglo veinte ¿en este planeta hay realmente una tal cosa como un dólar honesto?

Con los años se han producido algunos claros cambios de opinión respecto a los aciertos y errores en los negocios. Atrás han quedado los días en los que los grandes negocios dependían de mano de obra forzada o esclavizada (aunque aún hoy en día hay más de 15 millones de niños en la India que se calcula trabajan virtualmente como esclavos).

Sin embargo, la realidad del mercado global de hoy es tal que no parece fácil impugnar las inversiones supuestamente éticas y señalar que las economías del mundo están tan interrelacionados que nadie puede ser más blanco que el blanco. La Srta. Manos Limpias puede pensar que ella es inteligente al no tener nada que ver con Traficantes de Armas Global Inc. pero no sabe lo que su Banco Honesto verdaderamente está haciendo con el dinero que ella tiene depositado allí. ¡Pues sí! Su Banco Honesto verdaderamente está prestando los intereses generados en la cuenta de ahorro de la Srta. Manos limpias a Traficantes de Armas Global Inc. Y los intereses que de este préstamo son pagados por Traficantes de Armas al Banco Honesto verdaderamente son abonados ¡en la cuenta corriente de la Srta. Manos Limpias!

El poder del consumidor se está usando para ejercer presión sobre las grandes corporaciones multinacionales que tienen sus sedes normalmente en un país rico, pero que aprovechan la mano de obra barata y los relativamente bajos costes de infraestructura, para localizar sus operaciones de fabricación en países más pobres. Una empresa de nombre muy conocido y que ha estado en el centro de atención ha sido Nike. Los trabajadores de la fábrica en Indonesia que produce 1,2 millones de pares de zapatos al mes para Nike, están con un salario básico diario de 2,23 dólares, mientras que Michael Jordan el icono de imagen de Nike gana millones, al hacer suyo el calzado de lujo hechos por manos humildes. ¿Pero cuánto beneficia la actitud de superioridad moral de “quiero ser más santo que tú”? La paradoja es que el intento de salvar a los pobres de los ricos puede acabar impidiendo a los pobres ayudarse a sí mismos. Lo que puede ser una miseria para uno es un salario digno para otro.

En los últimos años, al menos, ha llegado a ser conocida la idea de inversiones éticas, la cual se origina en la década de los 70 cuando el impulso contra la guerra de Vietnam se extendió, y los fondos de inversión norteamericanos empezaron a retirar sus colocaciones de dinero en empresas implicadas en la guerra. Un número de gestores de fondos profesionales desde entonces han creado fondos que permiten al público en general colocar dinero en efectivo con ellos para la inversión en empresas seleccionadas principalmente sobre la base de criterios éticos en lugar de puramente comerciales y de rentabilidad. Ahora hay en EE.UU. alrededor de 160 mil millones dólares invertidos en fondos que permiten a sus inversores tener la conciencia tranquila. En el Reino Unido la cifra es más modesta aún, sobre unos mil millones de libras esterlinas en fondos en los que no hay empresas con participaciones financieras en materia de armamentos, energía nuclear, tabaco, alcohol o juego.

Algunas compañías podrían verse beneficiadas si apoyan temas medioambientales, aportan en causas benéficas, son activas en la comunidad o muestran una mayor preocupación por sus empleados. Mientras que muchos pequeños inversores están a favor de tal enfoque, la primera pregunta es si estos fondos pueden igualar la rentabilidad que obtienen los fondos más tradicionales y como la mayoría de las veces esto no sucede, el inversor se enfrenta a un dilema. A pesar de esto, hay gente en el mundo tratando de hacer que algunas iniciativas funcionen como impedir la comercialización de productos por empresas que utilizan mano de obra infantil, o que estén dañando y agotando los recursos naturales o bosques tropicales. Con los negocios ocurriendo cada vez más cerca del escenario del cambio social, las empresas están en una posición única para dar forma y reflejar las políticas públicas

Estas ideas han comenzado a ganar popularidad en Europa y los EE.UU. pero nunca han sido vigentes en Asia donde hay total libertad para ganar y acumular dinero. En los países islámicos, sin embargo, la sharia, o ley islámica, contiene una serie de restricciones sobre cómo puede hacerse el negocio. Así, los beneficios derivados del alcohol y el juego son tabúes claros, y también prestar dinero sujeto al pago de intereses, ya que esto es visto como usura. Algunas autoridades, incluso rechazan las donaciones hechas con tarjetas de crédito ya que devengan intereses.

La modernización de la economía, sin embargo necesita dinero, por lo que se ha desarrollado la denominada Banca Islámica en la que los fondos se ponen a disposición de terceros a condición de que no se paguen intereses. Se producen soluciones ingeniosas para poder devolver una inversión de riesgo, lo que permite llevar los "valores islámicos" a los bancos y éstos toman una participación en las utilidades (suponiendo que los hay) en lugar de intereses. Uno de los mayores bancos de Malasia acaba de lanzar una tarjeta de crédito Islámica que bloquea el uso en las transacciones consideradas pagos no islámicos, como el juego, el masaje, el licor y las discotecas. También ofrece beneficios a titulares tales como descuentos en las peregrinaciones a La Meca.

El otro lado de todo esto, es la industria que ha surgido en Europa y América en la que se pagan grandes sumas de dinero a gurús de gestión y formadores para que hablen con ejecutivos de las empresas acerca de lo que a menudo parece ser poco más que sentido común. Ellos ayudan a las empresas a adoptar la visión, la misión y el estilo que a menudo incorporan ciertos principios y valores como parte de la cultura corporativa.

Aunque puede ser difícil para la mayoría de nosotros dar un valor a la ética, muchos de estos gurús parecen no haber encontrado ninguna dificultad para la fusión de los beneficios con los profetas y poner un alto precio a la venta de la ética. La pretensión es que las prácticas de negocio éticas pueden ofrecer una ventaja competitiva, ya que evitar las pérdidas derivadas del fraude y la deshonestidad, puede conducir a la edificación de la buena voluntad y una sólida reputación.

Si bien todas estas ideas son por lo menos un paso en la dirección correcta, siempre hay el problema que los reguladores externos y los formadores pueden ser burlados por los que no ven ninguna razón por la cual su actividad debiera limitarse contra su voluntad por estas razones. Por lo tanto son mucho más eficaces las limitaciones observadas voluntariamente sobre la base de la comprensión de por qué se deben seguir.

En realidad los seres humanos son seres morales, dotados de razón, de conciencia y una comprensión innata de las cualidades primarias e inalienables, como la justicia, la equidad, el respeto, la honestidad, la responsabilidad, la integridad y la compasión. Estos valores morales no sólo son universales para toda la humanidad, sino también universales para la actividad humana es decir son tan válidos en la vida económica y comercial como en la vida personal, familiar y social. Los valores que debemos expresar en los negocios son los valores que aspiramos a incorporar en nuestra vida moral y social.

¿Qué significa esto en términos prácticos? Un buen número de cosas, incluyendo:

1. El negocio no debe implicar una actividad de por sí inmoral.
2. Observar de cerca cómo se ejecuta el negocio. ¿Sobre qué valores o principios se basan las decisiones y acciones?
3. ¿Cuáles son las motivaciones de aquellos que están involucrados en el negocio? ¿Por qué se lleva a cabo?
4. Teniendo en cuenta que la propia empresa pasa estas pruebas, ¿qué efecto tiene en las personas y en sus vidas?

Al observar el efecto que tiene la actividad empresarial, en el nivel más amplio puede significar un impacto sobre el medio ambiente. Una empresa que lesiona su entorno natural o hace que la contaminación sea excesiva o destruye recursos naturales no renovables, con la consiguiente pérdida para la humanidad en su conjunto, corre el riesgo de ser poco ética.

A continuación debemos mirar el entorno social de una empresa cuando se establece y el efecto que tiene el negocio sobre las personas y sus vidas. Por ejemplo, una empresa de desarrollo turístico o una industria de entretenimiento pueden alterar innecesariamente la comunidad en el lugar donde se establezca, por el número de personas que atrae, por los horarios de sus actividades, de forma que la comunidad en su conjunto se resienta.

A un nivel más cercano están los clientes de la empresa: ¿qué efecto tiene la actividad o productos que se venden sobre ellos, su salud en general y su bienestar? A continuación, los socios y los inversores: ¿son tratados con honestidad, responsabilidad y equidad? Todavía más cercanos están el personal y los compañeros: ¿nuestras relaciones con ellos están basadas en el respeto, la equidad y la integridad? ¿Qué ocurre con mi familia? ¿Qué efecto tiene mi horario de trabajo en ellos? ¿Estoy actuando con responsabilidad y comprensión en relación a ellos? Luego está mi salud física: ¿tengo pesadumbre o molestia debido a la forma en que trabajo? Y, por último, ¿qué efecto tiene el trabajo a nivel mental, emocional, moral y en mi bienestar espiritual? ¿Estoy siendo leal conmigo mismo? ¿Tengo la conciencia tranquila? ¿Cuáles son las motivaciones de mi acción o los valores o principios por los que se guían mis acciones?

A veces es tentador para justificar una acción equivocada decir que no fue hecha con mala intención, pero los motivos por sí solos no son suficientes para juzgar si una actividad está bien o mal realizada. Muchos hechos ilícitos están motivados por el altruismo equivocado, o el síndrome de Robin Hood. Mientras Robin pudo haber entregado todo a los pobres que se lo merecían, no dejándose nada para sí, no es menos cierto que privar a alguien de su propiedad de tal manera es un robo. Incluso si se hace en el nombre de una buena causa, una mala acción es siempre una acción equivocada.

Aunque puede haber cierta complejidad en su aplicación a las situaciones individuales, los principios básicos siempre deben estar presentes. Negocios e inversión deben reflejar los factores éticos. Seguro que incluso en términos puramente monetarios, pueden ser más rentables a largo plazo si lo hacen. Una escuela de negocios sostiene que la prosperidad viene cuando las empresas se guían por la mano invisible del mercado en lugar de ser sometidas a demasiados controles externos y reglamentos.

La gente de negocios de hoy en día a menudo está motivada por el miedo y la codicia. Y si el orgullo está antes de la caída, la codicia está antes que la pobreza y el miedo antes de la caída. Lo que se necesita ahora es pensar en beneficios con paz en la mente, más que la mano invisible del mercado, lo que se requiere es la mano invisible de Dios, o el compromiso consciente para actuar de acuerdo con principios morales. Si esto suena como un nuevo enfoque, pues no lo es, ya que hace mucho tiempo que San Mateo resumió todo: "¿Qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?"

Este artículo fue originalmente publicado por BK Publications (www.bkpublications.com) en Retiro Magazine # 9 en 1997, momento en el que Christopher Drake era Gerente General de Sassoon Securities Limited en Hong Kong.