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Valores para vivir
Una guía práctica

GAYATRI NARAINE Y ANTHONY STRANO

ISBN: 978-84-605419-2-9
N. págs. 126
Formato: 281 x 215 mm

Una investigación de los doce valores principales que influencian la actitud personal, la visión y la actividad. Este libro se enfoca en reafirmar la fe en la dignidad del ser humano y fortalecer a las personas para lograr su verdadero potencial.


En "Valores para vivir" se presenta una combinación de inspiración, profundidad y sencillez que invita a reconocer y practicar los valores humanos como únicos caminos que logran abrir el corazón y transformar la naturaleza humana, de forma que la vida se llene de compasión y humildad. Está presentado en forma de Talleres y Actividades, lo cual lo hace accesible para todo tipo de personas, pero en especial para madres y padres, educadores y todas las personas que de una u otra forma toman conciencia de que los valores son los tesoros de la vida que enriquecen al ser humano.

 

Tolerancia

Una persona tolerante se acerca a otra diferente mediante el entendimiento y una mentalidad abierta; y aceptándola y acomodándola de manera natural demuestra, en la práctica, que es tolerante.


El mundo -nuestra extensa familia- puede describirse como un gran árbol con muchas ramas, ramificaciones y brotes. Cada nación -representada por una rama- es un hermano o una hermana que tienen su propia familia. Estas familias - representadas por los brotes- son las diferentes regiones y comunidades compuestas de todas las religiones y de grupos étnicos. Cuando se ven las raíces de la historia como los miembros de la familia de un árbol genealógico, esta perspectiva indica compenetración entre toda la gente y demuestra que es posible la coexistencia. Como el árbol, que se nutre de las raíces comunes y originales que crecen de una semilla, el árbol de la familia humana no puede ser diferente. ¡La coexistencia emerge de la misma semilla de la que brotó la vida! Y la tolerancia, que también se desarrolla de una semilla, no sólo tiene raíces profundas que sostienen, sino que también se expresa de diversas formas, como el enriquecimiento del suelo y la provisión de lluvias de aceptación y apoyo.

La Coexistencia


El propósito de la tolerancia es una coexistencia pacífica. Cuando la tolerancia reconoce la individualidad y la diversidad se eliminan las líneas divisorias y se diluye la tensión creada por la ignorancia. La tolerancia ofrece la oportunidad de descubrir y eliminar estereotipos y estigmas asociados con personas a quienes se ven diferentes por su nacionalidad, religión o herencia cultural. Así como el jardinero reconoce las características de cada variedad de semilla y prepara el suelo de forma adecuada para cada uno, una persona tolerante respeta la autenticidad de cada uno. Una persona tolerante atrae a otra diferente mediante el entendimiento y una mentalidad abierta; y aceptándola y acomodándola de manera genuina, muestra su tolerancia de una forma práctica. En consecuencia, florece la relación.


La semilla de la tolerancia, el amor, se planta con compasión y cuidado. Cuanto más se experimenta y se comparte el amor, mayor es su poder. Cuando no hay amor, hay falta de tolerancia. Por ejemplo, el caso de la madre y el hijo: cuando el niño se encuentra con un obstáculo, gracias al amor que tiene la madre por el hijo, esta se encuentra preparada y es capaz de tolerar cualquier cosa. En ese momento no se preocupa por su propio bienestar, sino que, con amor, hace frente a todas las circunstancias. El amor hace que todo sea más fácil de tolerar.

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Libro de las virtudes

Dadi Janki

ISBN: 978-84-931939-3-5
N. págs. 174
Formato: 147 x 147 mm

Una colección sorprendentemente rica de pensamientos y sugerencias para recuperar la virtud en la vida. Propone consejos prácticos para afrontar las situaciones diarias de la vida y ofrece pensamientos atemporales sobre el camino del alma hacia la perfección. Ser virtuoso no significa tener una austera experiencia religiosa apartada de la realidad de la vida cotidiana. Sólo significa ser lo que somos y hacer lo que deseamos hacer, pero siempre del mejor modo posible. Encontrar en ello cada vez más sentido y plenitud.

Disponible también en catalán /també disponible en català "Llibre de les virtuts" ISBN 978-84-931939-7-3

 

Sin entusiasmo la vida se vuelve una experiencia monótona e insípida.


Cualquiera puede sentir entusiasmo porunos momentos, pero conservar un entusiasmo permanente a lo largo de la vida es todo un arte.


No obstante, el secreto es extremadamente simple: vivir en un estado de admiración; admirar las cualidades especiales de cada uno; admirar la maravilla de la naturaleza y dar gracias al ciclo de la vida y a la contribución que cada uno hace a él.


El entusiasmo es contagioso, en especial cuando está basado en la admiración y el amor por la vida.

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Valores humanos en la empresa

Ken O'Donnnell

Editorial LID
ISBN: 84-8356-015-1
N. págs. 188
Formato: 220 x 150 mm

La empresa es un agente generador de riqueza, pero, paradójicamente, en determinadas circunstancias también puede empobrecer la calidad de Vida de las personas que la componen. Valores humanos en la empresa invita a recuperar la escala de valores que le dan sentido a la verdadera dimensión del ser humano en el contexto económico y laboral. Su lectura es una inyección de ideas y prácticas que animan a la creación de un entorno laboral saludable a partir de unos valores éticos. Este libro es un excelente comienzo, el fin lo decide usted. (José Manuel Velasco, Director de comunicación de Unión Fenosa).


Ken O'Donnell propugna una visión ética y humanística para impulsar un estilo de gestión basado en el respeto y la integridad.

 

«Cuando las personas hablan, escuche atentamente» (Ernest Hemingway)

Es imposible evitar la comunicación cuando los seres humanos están juntos. De alguna manera, intercambian información de forma consciente o inconsciente, verbal o no verbal. Siempre hay emisores y receptores. La palabra comunicación tiene la misma raíz que los términos comunidad y común; por eso es la base de cualquier relación humana.


Teniendo una importancia tan grande, es fácil entender por qué gran parte de los conflictos que existen entre los seres humanos está relacionada con problemas de comunicación. En la familia, en el trabajo, en la escuela y en la sociedad en general existe una ausencia crónica de claridad de ideas y de expresión. El caos de la entrada del milenio exacerbó este aspecto. En la época de nuestros padres y abuelos, ciertamente había más calidad en la comunicación, porque ellos dedicaban más tiempo a conversar sobre los retos de la vida.


Las presiones y los retos de nuestra era, la falta de tiempo para enfrentamos a los problemas personales y otros factores han afectado terriblemente a nuestra forma de comunicarnos. La frase del presentador brasileño Chacrinha sobre que quien no se comunica, se perjudica tiene su lado sombrío. La incapacidad de comunicarse adecuadamente acaba dividiendo e incluso aislando a los grupos y a los individuos. Podemos observar, por ejemplo, el crecimiento impresionante del índice de divorcios y separaciones.


Por la misma fuerza de las circunstancias, desarrollamos, con el paso del tiempo, una serie de ilusiones sobre lo que constituye una buena comunicación. Pensamos que las personas entienden todo lo que decimos, y los más arrogantes ni siquiera imaginan que tal vez no sean claros cuando hablan. Olvidan que el significado de la comunicación no está en la intención del emisor, sino en la reacción producida en el receptor. En efecto, nacemos con una boca y dos oídos. Por eso, debemos hacer un esfuerzo honesto para comprender a nuestro interlocutor y su momento personal, así como su mensaje y el contexto en el que se emite.


Nos cuesta entender que los mensajes y la información que inyectamos en la cabeza de nuestros interlocutores puedan tener el efecto contrario al que pretendíamos, provocando reacciones de indiferencia, de extrañeza y hasta de odio. No vemos ni oímos el mundo tal como es, sino como somos nosotros.